domingo, 30 de noviembre de 2008

¿Por qué Chingaos los Pendejos amamos a las Cabronas? Pus por pendejos, no?



Chale... soy un costal de güeva...


Me harta no tener voluntad para hacer las cosas. Eso de estar motivado, pero sin voluntad es lo peor.

En momentos como este sólo pienso y pienso y pienso y pienso... todo queda en ideas y pensamientos y recuerdos. Añoro mucho el pasado, tanto que quisiera repetir muchas cosas en mi vida. Añoro mi infancia o la despreocupada pubertad, el estar echado en un sillón viendo la tele siendo la lacra más grande del mundo y disfrutarlo al máximo o disfrutar gozosamente dibujando y coloreando mis impresionantes obras artísticas infantiles; añoro que mi mamá hiciera casi todo por mí... ja ja!, soy un saco de güeva (no de hueva, sino de GÜEVA, suena más intenso).

Ayer que iba caminando por la calle, con la ligera preocupación de encontrarme con alguien indeseable (casi siempre que voy por la calle me pasa eso, como que me siento vulnerable a todo, a las miradas, a tropezarme, a caminar de forma chistosa sin que me de cuenta, a que me atropellen, a que de la nada me caiga un avión encima, a hacer inexplicablemente el ridículo de alguna u otra forma, a que me asalten, a que me hagan una de esas bromas estúpidas que pasan por la tele, a que un indigente de esos muy locos trate de asesinarme... bueno y a encontrarme a gente indeseable. Sí, sufro de ridícula paranoia.). Llegué al café al que hace mucho no iba, en realidad no tenía planeado ir, de hecho caminaba sin una dirección precisa, y no me daba cuenta de hacia donde iba por pensar en toda esa lista de cosas estúpidas que me dan miedo que me pasen cuando camino.

Estando ahí, me dije ¿por qué no? me senté y pedí un té de menta. Saqué mis cigarros y prendí uno, cuando de pronto, al levantar la cabeza vi que en una de las mesas cercanas a la mía, estaba una de las mujeres más bellas que haya visto (bueno, exagero mucho, más bien no era muy bella, pero si bonita, o al menos a mí me gustan mucho ese tipo de mujeres que no son tan estereotipo, pero que tienen una esencia muy diferente, como llamativa, como misteriosa, que desde lejos sabes que tiene un carácter fuerte y decidido, con los ojos más bonitos que haya visto antes [esto también es una exageración]) estaba leyendo un libro que por título tenía "Por qué los hombres aman a las cabronas". No he leído ese libro, pero me he dado cuenta que muchas mujeres lo leen, no sé por qué pero se me hace una jalada; aunque se me hizo un poco curioso que ella se me hacía de esas viejas cabronas y que sí, cierto, son de las que, al menos a mí, me gustan mucho. En su cara de vez en cuando se dibujaba una ligera sonrisa, cosa que me atraía más a ella. De pronto se dio cuenta que la miraba y yo inmerso en la estupidez hormonal me quedé como idiota viéndola hasta que caí en cuenta de que ella ya se había percatado de mi observación. Como casi siempre pasa, porque soy bastante cobarde, dejé de verla y agache la mirada nerviosamente para revolver el azúcar en el té (azúcar ya inexistente), para después levantar la cabeza de nuevo, ver hacía otro lado hacerme pendejo y volver a verla; haciendo la misma serie de pasos en repetidas ocasiones. Pero cuando me disponía a rematar con el último paso (el de contemplar como imbécil su cara) todo el proceso se rompió, porque ella me estaba viendo y en ese momento parece que mi mal de cobardía no era exclusivamente mío. Bajó la mirada (eso sí, lo hizo con mucho estilo y sin dar a notar nerviosismo) y fingió continuar con su dedicada lectura (espero si haya fingido) pero no sin antes echar un último vistazo (esa palabra siempre me ha sonado como a "bistéc") para confirmar que la seguía viendo. Ese tipo de cosas la verdad no me pasan muy seguido, o al menos no con las mujeres que me gustan. De pronto mi primer chispazo de valor salió a flote y continué viéndola y no me importaría que se diera cuenta, de hecho quería que se diera cuenta. Continuamos con las miraditas, hasta que me agarré los huevos y decidí ir hacía su mesa para saber si podíamos charlar un poco (charlar?, vistazo?, después qué? soda? rocetas de maíz?...), bajó el libro casi cerrándolo y volteó a ver como me acercaba... Damn!!! me había agarrado los huevos, pero de pronto desaparecieron de mi mano... que putas le iba a decir?! uhmm... eso no lo había pensado.

Imbécil: -"mmm... hola!" -sonríe como imbécil para reforzar más su papel.
Belleza: - "Hola?" - como levantando su ceja inquisitivamente para que el imbécil, se dé cuenta de que definitivamente es un imbécil.
Imbécil: -"Eh... oye pues estaba viendo que estás sola y pues yo también..."- mmta! no'mbre que bárbaro! que güey más inteligente, caray! -"... y pues quería ver si quieres platicar un rato."
Belleza: extrañamente nerviosa emite algo que pareció ser una risita tímida -"pues, es que estaba leyendo, pero pus sí, si quieres."
Imbécil con suerte: -"ah, bueno, este... pues voy por mi té, je!... (seguro ahorita que me dé la vuelta se va a ir)".


El imbécil con suerte toma su té, sus cigarros se prepara a regresar con la belleza que al parecer está haciendo su servicio comunitario de buena fe. Llega a la mesa y se sienta frente a ella, sin decir nada (como buen imbécil) y sonriéndole como si con eso ella quedará cautivada.

Imbécil con suerte: -"eh... y vives por aquí?"
Belleza: -"mmm, pues no, no vivo tan cerca de aquí, pero me gusta este lugar."
Imbécil con suerte: -"ah, pus 'ta bien..." wow que habilidad comunicativa!. -"... y cómo te llamas?" ah claro, el nombre, tan importante como para dejarlo como segunda pregunta.
Belleza: -"Paulina ¿y tú?"
Imbécil con suerte: -"Carlos."
Belleza: -"Carlos, uy poco común!, no?" hey! yo soy el que hace ese comentario "chistoso".
Imbécil con suerte: -"ja! see... pero bueno, también me llamo Alfredo, pa' esos casos."
Belleza: -"Carlos Alfredo? mmm..."
Imbécil con suerte: -"¿qué?"
Belleza: -"No, nada, es que así ya no es tan común."
Imbécil con suerte: -"Sí... ¿y qué tal el librito? ¿sí será cierto?
Belleza: -"¿Qué?"
Imbécil con suerte: -"El título."
Belleza: Sonríe de forma coqueta (o eso es lo que el imbécil con suerte cree) -"je je!, pues no sé, tú dime." Fuck! esto está pintando mejor!
Don Juan: -"mmm... pues depende..."
Belleza: -"¿de qué?"
Don Juan: -"Si tú eres cabrona, conmigo si puede aplicar ;)." Ahora que lo pienso, lo que dije fue una reverenda mamada.
Belleza: "-ja ja! (risa nerviosa y rubor en las mejillas) ay cálmate!"
Don Juan: (sonríe de la misma forma que cuando era un imbécil, pero ahora su sonrisa es un aporte indispensable en el acto) -"sí, la verdad exagero, pero me salió del alma" Chale, juro que en el momento sonaba bien.
Belleza: -"Oye te me haces conocido, pero no sé de donde..."
Don Juan (con diálogos de imbécil): "¿Ah sí? me debes estar confundiendo con alguien famoso, siempre me pasa..." ¿con Jo Jo Jorge Falcón?
Belleza: -"Sí, claro, debe ser eso! ja ja!. No ya en serio, estoy segura que te conozco hasta tu nombre me es conocido. ¿Yo no te parezco conocida?"
Don Juan: (si, seguramente te he soñado toda mi vida) -"mmm... no, la verdad no."
Belleza: -"A ver, ¿a que te dedicas?"
Don Juan: -"Estudio publicidad en una universidad llamada CECC, trabajo en una agencia llamada Súbale y en mi tiempo libre hago cosas totalmente
improductivas."
Belleza: -" ja ja!, y en la prepa, ¿en donde estudiaste?".
Don Juan: -"ah, pues en el Simón Bolívar, estudié ahí desde la secundaria."
Belleza: - "¡¿en serio?!, ¡yo también! en el que está cerca de Plaza Universidad, ¿no?".
Don Juan: -"Sí, exacto. Pero no ibamos juntos o ¿si?
Belleza: -"¡ihhhh! ¡ya me acordé de ti!" Repentinamente su cara cambió y no parecía tener un buen recuerdo de mí. Mierda! que carajos le habré hecho, yo no me acordaba de ella.
Don Juan con miedo a volverse un imbécil otra vez: -"ehh... ¿me puedes ayudar a acordarme?"
Belleza: -"Tú eres Murillo, yo soy Paulina C. (guardaré su identidad) íbamos en la secundaria, y tú me molestabas mucho, aún así me gustabas y un día anduviste conmigo y al día siguiente me cortaste y comenzaste a andar con mi mejor amiga. Mierda, mierda, mierda, mierda!!!! Ya me acordé! Fuck!, pero como bajó de peso y que bien se puso la Pau... y que pendejo sigo siendo.
El mismo Imbécil del principio: -"ejem!... ¿yo hice eso? (qué buena respuesta, idiota!) chale! la neta ni me acuerdo, pero en verdad, discúlpame, hice muchas cosas de las que ni me acuerdo y un millón más de las que me arrepiento, bueno un millón uno con esta."
Belleza: -"Sí, claro. Sabes qué, ya me tengo que ir. Un "gustazo" verte, eh!". Tomó su libro, su bolsa, dejó su café sin terminar y se fue.


Lo único que pasaba por mi mente era una mezcla de sentimientos.

Pensaba en lo bien que se había puesto la Pau; en como la gente puede cambiar tanto; en por qué hice tantas pendejadas de morro; en cómo he cambiado tanto; en muchas de las personas a las que he lastimado; en seguirla y tratar de arreglar las cosas y pues ya en eso hasta ver si ahora si andábamos pero en serio (je je!); en qué fácil puede ser hablar con una vieja que me guste; en qué difícil situación me tocó superar mi cobardía; en qué seguro se fue y ni siquiera pagó su café; en lo bien que se había puesto la Pau; en qué debo de leer ese pinche libro; en qué mi paranoia al salir a caminar no es tan irreal; en lo bien que se había puesto la Pau.


NOTA: Sí, lo del inicio no tiene nada que ver con todo lo demás... o sí?


2 comentarios:

oTTo dijo...

Hahahaha wey, eso se llama Karma, ya que estás en eso de las listas, aplíca una como Earl, una lista de la gente a la que has fastidiado de X manera, por aquello que te encuentras a las ex novias dolidas y huyan despavoridamente por la repulsión al sentimiento que les provocó el flashback al recordarte.

Xénit dijo...

¿Tu relato es verídico?