lunes, 30 de mayo de 2011

Z. Con Z de zebra, de zorro, de Zapata, de zapato, de zanoria, de baZinga!, de zZzZzZ...

El repetitivo sonido de los grillos que tengo como alarma en mi celular se intensificaban cada vez más. Nunca me había costado tanto despertar, mis párpados no respondían y recuerdo haber tratado de llevar una de mis manos hacia mis ojos para tratar de hacerlos reaccionar, pero era como si sólo mi conciencia o mi mente hubieran despertado... el cuerpo... el cuerpo seguía dormido, recordando ese momento, me doy cuenta que no me preocupó en lo más mínimo no poder hacer nada ante los caprichos de mi cuerpo, es más por un momento me dije "... si el cabrón (refiriéndome a mi cuerpo) no se quiere mover, pus que hacerle...". Habrán pasado diez o quince minutos después y desperté nuevamente, abrí los ojos muy despacio, porque no podía despegar nuevamente las estampas que llevaba por párpados; y una vez que logré abrir los ojos, los ligeros rayos que se colaban entre las cortinas de papel de mi habitación, me lastimaban como si viera al sol directamente: "...chale, ¿estoy crudo? ¿qué hice ayer? ¿cuánto habré tomado?... ¿que hora es?..." Al ver el reloj que tengo en el buró vi que eran las 5:16. Me levanté y fui al baño, no sé porque lo hice, pues no tenía ganas de orinar ni de "estacionar un topaz" como se dice en las altas esferas sociales (ja ja!), pero llegué ahí y de pronto fui consciente de que mi cuerpo completo estaba "dormido", no sólo era una pierna o un brazo era todo el cuerpo. Sentía un hormigueo ligero y si me picaba el brazo, el pecho, la panza, la nalga izquierda y lo peor de todo, al pequeño Charlie Jr. no sentía absolutamente nada. Comencé a ponerme algo nervioso y de manera instintiva voltee hacia el espejo y vi mis ojos entre abiertos y con un color amarillo como nunca había visto otros, el iris era muy opaco y por más que trataba de abrir por completo mis ojirows el intento era en vano. Esto estaba muy mal: "¿¡Qué pedo!? ¿Qué chingados tomé ayer?". Abrí la boca para seguir con mi examen médico y noté que no podía abrirla por completo ni sacar a plenitud la lengua, la baba era escasa. Cuando intenté cerrar la boca se quedó ligeramente abierta: "¡No mames! ¡ciérrate!". Llevé mi mano derecha (que pesaba más de lo usual) hacia mi mandíbula y cerré la boca por completo. Mientras hice esto me mordí la lengua y sentí un crujido, volví a abrir la boca y observe como sangre espesa y obscura escurría desde dentro de mi boca descompuesta y por si fuera poco una de las muelas superiores se había roto casi en su totalidad. Por un lapso de medio segundo mi mente divagó pensando que debería existir un comercial para dentífricos que tuvieran a un personaje que pasara por la misma situación que yo, dejé de imaginar que ocurriría después, porque era evidente que yo no estaba en un comercial y que me estaba pasando un problema que no era cualquier cosa.

No entendía que estaba pasando, un razonamiento espontáneo asaltó mi pensamiento justo en ese momento: "5:16 marcó el reloj... pero hay mucho sol para que sea esa hora... así que hay de dos sopas: o son las 5:16 pm o la pila del reloj ya valió madres", salí del baño y como si lo de mi muela y la lengua fuera cosa de nada fui hacia la sala par encender la tele y saber que hora era en realidad (ni siquiera voltee a ver el reloj de pared, pues mi concentración estaba enfocada en obtener la verdad desde la televisión). Canal WB en tele de paga, The Big Bang Theory, 5:28 pm. "¡Puta madre! ¿que día es hoy? ¿¡No fui a trabajar!?... ¿Qué vergassss me tomé ayer? -(sí, sí, me doy cuenta del albur, pero esa frase fue justo la que pasó por mi mente)- ...¡A ver mi celular, seguro ya me hablaron de la oficina como mil veces!". Regreso a mi cuarto, tomo el celular y estaba sin batería, mientras se reinicia y enciende, trato de recordar que ocurrió ayer, pero mi mente es a big black out; el celular emite el pitido con el que indica que se ha encendido después de perder batería. Después de equivocarme tres veces al poner el código de desbloqueo puedo ver que tengo doce llamadas perdidas, cuatro son de uno de mis jefes, cinco de la casa de mis padres y tres de la oficina, pero las de mis jefes son de hace dos y tres días, las de la oficina de ayer y antier al igual que las de mis padres... "No entiendo... ¿que pasó?..."

Desconcertado por no recordar nada, caminé hacía la sala, y un poquito por la cocina, regresé por el pasillo, di la vuelta y fui de nuevo a la sala y todo eso tratando de recordar que había sido lo último que hice, pero no más no... me senté en mi sala frente a la tele: "...¡ah! el episodio donde Sheldon huye de Leonard en una alberca de pelotas y sale por distintos puntos diciendo Bazinga! Ja ja ja! que buena es esa parte... ah... (suspiro)... quiero un amigo como Sheldon... bueno, ya, a ver ¿qué fue lo que hice la última vez? ¿por qué se me rompió la muela y me mordí la lengua arrancándome un pedazo sin sentir dolor? ¿Desde cuando me quedé dormido?... ¿Ya me habrán despedido?... ¿Le marcaré a mis papás? pero ni siquiera sé que pasó ni que hice, no puedo decirles eso si me preguntan... van a imaginarse que ando en drogas o algo así... ¿¡Y si me drogué tanto que no me acuerdo!? No, con marihuana no creo que eso pueda pasar, tendría que haber fumado como medio kilo en un solo porro... bueno, eso me han dicho..."

Después de mi análisis mental que me llevó a nada, decidí bajar al estacionamiento y ver que pistas podía encontrar en mi carro. En eso me encontré a la vecina que vive arriba de mí y que no esta tan de mal ver:

- ¡Hola vecino!
- (eh?)... Ah, ¡hola!... - se me queda viendo raro y no puede evitar una cara que denota asco o miedo.
- Oye, es que quería ver si podemos cambiar de lugar, porque se me dificulta mucho salir en las mañanas...
- [¿de qué habla esta chulita?¿por qué me vio así?]... mmm... ¿cómo?, es que no te entiendo...
- Sí, es que Gaby - (la otra vecina) - sale hasta las 8:30 y su carro me estorba para salir. Yo salgo a las 8.
- OK... (sigo sin entender)...- Mi silencio, mi cara de enfermo combinada con mi poca comprensión a sus palabras seguro le hicieron creer que era retrasado mental.
- Lo que quiero es que muevas tu carro y yo me estacione en mi lugar y tú en el tuyo, por favor.
- (¿dejé mi carro en tú lugar?)... Oh, ya veo... claro, ahora mismo lo muevo. - ella sonríe como aliviada y a la vez de una forma poco sincera-.

Camino medio torpe y bajo las escaleras de forma peculiar, porque a veces el no sentir las piernas me hace perder la habilidad de moverlas con normalidad; ella seguramente se da cuenta de eso, pero no me ha dicho nada.

Una vez abajo, en el estacionamiento, veo mi carro estacionado en su lugar como ella había dicho. Quito los seguros mientras me acerco hacia la puerta, la abro con dificultad y me subo al carro que parece abandonado con tanta suciedad en su interior y exterior. En el asiento del copiloto veo que hay una bolsa de Mc Donald's, en su interior un Mc Trío intacto. Enciendo el auto y con dificultad pude maniobrar, frenar y acelerar; cada vez se me dificulta más tener precisión en mis movimientos. Una vez que mi vecina se estaciona en su añorado lugar, me echo de reversa y golpeo el Chevy de los vecinos del 301: "...¡verga!... no mames, tenía que pegarle al carro de estos pendejos..." Flashback a hace algunos meses: Son las 9:15 pm, tomo el taladro y continúo perforando una de las paredes de mi sala para después colocar una pequeña repisa. Pero no acabo de hacer el penúltimo agujero, porque en el techo de mi departamento los golpes de un palo de escoba retumban desde el piso del matrimonio que vive en el 301. He entendido el mensaje, es tarde y el ruido molesta. No habrá más taladro por hoy. Al siguiente día subo las escaleras que me lleven al segundo piso, abro la puerta principal del departamento, son las 7:45 pm, el taladro esta frente a mí y sólo falta hacer dos hoyos para poder poner los taquetes, las pijas u colocar mi repisa, ¡Hagámoslo! Jalo el gatillo de mi ruidosa herramienta (el taladro, claro está) y comienzo a perforar la pared roja que parece que quedó sangrada por tanta perforación. 1... 2... 3... sólo tres segundos de ruido y el palo de escoba retumba sobre mi techo nuevamente: "...¡nel! ni madres... ¡ya 'stuvo!..." Tomo las llaves, abro la puerta y subo rápida pero silenciosamente al siguiente piso. ¡Toc-toc!... (pasan diez segundos) ¡Toc-toc-toc!... (pasan otros diez) ¡TOC-TOC-TOC-TOC!... (pasan cinco segundos) abren la puerta, frente a mi un hombre de mi estatura, sus lentes que le empequeñecen los ojos hacen ver su alto grado de miopía, su cabello se baña de algunas canas que son prematuras, su pijama es más bien una playera gris obscuro y unos pants azul claro; de pronto frente a él una niña de unos 3 o 4 años aparece y me mira con inocencia:

- Vecino, buenas noches.
- Buenas noches.
- Oye, sé que puede ser muy molesto el ruido, pero dame chance, van a ser las 8:00 y yo no tardo más que un minuto en acabar de taladrar, ¿Ok?
- Sí, claro, no hay problema. Sólo que ya no hagas ruido tan noche, ¿si? como ves tenemos una pequeñita...
- Sí, sólo tardaré un minuto. Gracias.
- A ti, hasta luego.
- [ah verdad, putín... muy chingón pegando en mi techo, pero ahorita ¿que tal? ¡se te hizo chiquito el asterisco!...]

¡Coño! le pegué al carro de este cabrón, y por lo que veía desde mi espejo lateral su faro se rompió. Al ver de frente nuevamente veo que mi vecina me observa con preocupación en su cara. Mi mirada debió haber sido acusadora, pues me observó a los ojos y noté su nerviosismo. Bajó la mirada rápidamente y subió las escalera sin voltear a verme. Probablemente se impactó tanto que olvidó cerrar las rejas del estacionamiento y a mí me nació un impulso que se volvió fuerte en cuestión de centésimas de segundo: debía huir... debía huir de todo; de mi muela rota; de mi sangre coagulada; de mis llamadas perdidas; del faro roto; de mis lagunas mentales; de todo.

Así que sin pensarlo más, me eché de reversa bruscamente golpeando la reja que por inercia se cerraba, deje el carro sobre la banqueta en frente del otro edificio y me bajé para cerrar, como pude, la reja (ante todo la seguridad de mis vecinos). De la nada, un tipo como de unos veinte años se acerca sospechosamente al carro a paso veloz; la puerta del auto está abierta y percibo al instante sus malévolas intensiones. Salto torpemente sobre él, pero logro derribarlo y quedo encima de él. Me ve fijamente a los ojos y veo miedo en los suyos, al percibir esto decidí dejarlo y sólo subirme al carro.

Voy cuesta abajo, y volteo por el retrovisor, mi conserje Martín sale de su edificio e intercambia palabras con el enclenque rufiancillo, él me señala y ya no alcanzo a ver la reacción de Martín, porque tengo que dar vuelta. "Pinche chamaco vivales... me lo hubiera madreado pa' que ya no ande de ratero..." De pronto me acordé que tenía un Mc Trío esperando a ser devorado, no tenía hambre, pero fue algo instintivo. Saqué las papas y me di cuenta que ya tenían moho, después saqué la hamburguesa y vi que estaba buena, así que le di un buen mordisco. Al parecer lo dormido de mi cuerpo afectaba casi a todos mis órganos porque mis papilas gustativas no funcionaban tampoco; aún así me comí toda la hamburguesa y al final en el último bocado me di cuenta que el pan ya tenía vida unicelular en su superficie. Me dio asco aunque realmente no tuve nauseas, y mejor pensé en dar un trago al refresco que estaba en la bolsa. Al tratar de tomar un trago me ahogué, intenté una vez más y tampoco pude, los movimientos que la faringe debe hacer para pasar alimento no funcionaban... lo extraño es que la hamburguesa no representó ningún problema.

Salí de la cerrada, pero no sabía a donde ir, así que me estacione pasando un par de calles. Dios, no sabía que me estaba pasando, pero era algo grave y anormal. Me vi en el espejo del carro y mi apariencia era peor, mi piel estaba con un color amarillento y en algunas partes verdoso, mis ojos no tenían ni una pizca de brillo y mi boca no se podía mantener cerrada por si misma.
En la parte de atrás del carro, traía un hoodie así que decidí ponérmelo para no asustar a la gente, como pasó con mi vecina o con el vándalo aquél. Mientras metía la mano izquierda en la manga sentí algo raro en mi dedo índice y al sacar mi mano y ver el dedo en cuestión me di cuenta que la uña se me había desprendido... "¡Fuck!... ahora si me estoy pudriendo..." mis manos eran amarillas y veía que mis venas tenían un color rojo obscuro, se transparentaban a través de la piel que se sentía delgada y porosa como la de una gallina desplumada. El poco vello que tenía en mis brazos había desaparecido y entonces pensé en mi cabello y al meter mi mano entre el gorrito de la sudadera y mi cabeza el cabello se me desprendía como si acariciara un Diente de león.

Volví a verme en el espejo de mi carro y me arranqué otro mechón sin sentir nada. Volví a abrir la boca, tomé un incisivo con mi pulgar y mi índice y me lo quité sin la menor dificultad. De pronto empecé a marearme y todo era borroso y muy confuso; traté de calmarme y respirar profundo y fue ahí cuando me di cuenta que no estaba respirando, simplemente no podía aspirar, pero no me sofocaba. Había cerrado los ojos y cuando los volví a abrir seguía sin poder ver bien, así que me tapé el ojo derecho y descubrí que veía bien me tapé el izquierdo y veía hacia el techo de mi carro, inconscientemente voltee hacia arriba y casi veía los asientos de atrás, trate de verme al espejo con ambos ojos y concentrándome en solo ver con el izquierdo pude notar en mi reflejo que mi ojito derecho estaba chueco y veía hacía arriba.


Para saber que hacer en caso de un Apocalipsis Zombie visita el blog de Centers of Disease Control and Prevention que es una organización que procura promover en las personas la cultura de la prevención ante catástrofes que amenacen la vida de la población en Estados Unidos: http://blogs.cdc.gov/publichealthmatters/

martes, 25 de mayo de 2010

...me gustas...

Me gusta tu sonrisa casi constante en tu cara, me gusta tu risa sincera y alegre. Me gustan tus ojos bonitos y la mirada tierna que a veces me regalas, me gusta tu voz en todo momento, esa que vibra sobre mi piel. Me gusta tu cara y tu cabello que a veces caen sobre tus hombros que también me gustan porque son parte de tu cuerpo... que también me gusta. Me gustan tus labios y tu boca que a veces he besado, pero que sólo poquito porque besarla mucho casi no me has dejado. Me gusta cuando te enojas defendiendo lo que sientes, me gusta cuando eres frágil y te asustas, me gusta que seas diferente, como tú eres. Me gusta lo que te gusta y me gusta que a veces eso también te asusta (butterfly). Me gusta cuando eres cariñosa y me quieres, me gusta cuando te pones seria y eres directa, cuando dices lo que pasa sin miedo a nada. Me gusta cuando me calmas sutilmente haciendo como si no pasara nada. Me gusta haberte conocido, me gusta que me digas que te gusto, me gusta que te rías con lo que digo como me gusta que me hagas reír con lo que tú dices. Me gusta estar contigo y me gusta pensar en ti cuando no estás. Me gusta imaginar que mañana estarás segura y estarás conmigo, que mañana te gustará todo lo que hoy me gusta de ti.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Sad Cartoon

¿Qué se hace cuando no sabes que dirección tomar en la vida? es decir, cuando ya no sabes si todo lo que hiciste en un principio y de lo que por algún momento estabas seguro ya no tiene el mismo significado…


Las cosas cambian radicalmente, todo comienza a volverse rutinario y desgasta tanto como una gota de agua salada que cae repetidamente en tu cabeza… bueno, no tanto así, pero si agobia…


¿Qué se hace cuando aún ni has concluido con algo, pero ya te hartó? ¿Lo abandonas y das la vuelta así sin más? ¿En verdad es necesario el darle tanta importancia a ciertas cuestiones en la vida?… es más ¿es tan necesario darle tanta importancia a la vida misma? (pregunto sin el afán de que se interprete que busco suicidarme; de hecho me falta mucho por vivir para que siquiera lo piense).


Desconozco una respuesta concreta a todas estas interrogantes, pero para no quebrarme la cabeza y seguirme auto-fastidiando mejor me puse a dibujar algunas cosillas… el hacer eso me hace sentir chamaco de nuevo y se convierte como mi cobarde, pero creativa manera de escapar de mi "realidad" precaria de metas.


Sería feliz haciendo caricaturas (guión, diseño y animación) pero no creo ser tan bueno como quisiera =(..



martes, 28 de abril de 2009

Santas Pandemias Batman!













Ya estoy harto de ver, escuchar y leer todo ese pedo de la Influenza. Estoy harto de escuchar esos consejos como el de no saludar con contacto físico a las personas. Estoy harto de que la gente se tenga más miedo de si misma, y que cuando alguien estornuda en el metro, metrobús, micro o en la calle, todos lo volteen a ver y se alejen.

Hoy comencé a usar cubre bocas (me caga…) y empecé a ver gente que usa guantes de latex y gafas (gafas!) de playas (de esas en las que no se ve ni tantito de los ojos porque cubren todo espacio), señoras que después de bajarse del transporte público untan sus manos con antisépticos, es más hoy vi a un señor con todo lo anterior y aparte poniéndose algodones en los oídos antes de entrar al metro… No dudo próximamente ver personas con máscaras de gas, o con esos trajes blancos anti-gérmenes, es más, poniéndose un corcho en su asterisco por aquello de que la Influenza entra por cualquier hoyito.

Y para colmo, sumémosle a la histeria colectiva un temblorcito (el diminutivo lo uso como despectivo) que nos haga creer que todo ya valió verga… si, VERGA.

Yo tengo mis dudas con respecto a la realidad con este virus. Es decir, no dudo que exista, no dudo que en verdad lo estemos viviendo (bueno, sí, un poco), dudo de la gravedad que en realidad pueda tener y de la importancia que TODOS le están dando. Me llega a parecer un distractivo como los que ya han ocurrido antes por parte del gobierno en tiempo de elecciones o en momentos decisivos (pero el chupacabras si era neta. Yo tengo una de sus pesuñas como llavero ;)).

En fin, lo que me causa molestia es que la gente se paniqueé tanto, que se controle de esa manera el inconsciente colectivo haciendo que algo que no es real (o al menos no como se maneja) llegue a convertirse en verdad (o “velda”, si así lo entienden mejor). Sí, una mentira que se convierte en verdad –sé que he defendido esta idea antes, pero también he dicho que soy contradictorio a madres, pero eso sí generalmente con una justificación- pero esta vez es una mentira que puede causarnos mucho mal.

Espero que esto pase pronto, y que al final se descubra el porqué se invento un choro así.

Bueno, referente a todo este desmadre, estaba pensando hace poco… Si el mundo se acabara en una semana y Dios se me apareciera solo para informarme de este Apocalipsis, ¿qué haría?

En un principio pensé en muchísimas cosas (la mayoría estúpidas y sin sentido), pero entre más me introducía en mis guajireces más reflexionaba en hacer cosas con un gran significado, que fortalecieran mi espíritu y mi ser, recompensando los años que malgaste en mi vida… Y como no se me ocurrió ninguno, expongo mis pensamientos sin sentido una vez más. Enjoy it!

Planearía el robo a un banco. Pero un robo chingón, de esos en los que tienes todito planeado pa’ que ni la mismísima AFI (pfff!) pueda capturarte.

Una vez que hayas robado el banco (hablo en segunda persona porque así me habla mi consciencia) tienes el varo que siempre soñaste pa’ gastarlo en cuanta pendejada se te ocurra… Échale un número… 10… 20… naaa, un número “Melate”… 180 millones de pesos… (no dólares, pu’s pa’ no verse ambicioso). Ahora con 180 millones de varos que hacemos (yo y mi consciencia… y bueno, obviamente compartiré planes con la bandera)…

--- DEBIDO A CAUSAS DE FUERZA MAYOR (LABORALES), ESTE POST CONTINUARÁ PRONTO---

Pa' que nos alegremos un poco... y me critiquen vilmente.

http://www.youtube.com/watch?v=kHE7I73eU2M


lunes, 13 de abril de 2009

viernes, 3 de abril de 2009

Enlístame esta

Hace unos días, no podía dormir y de muchas otras cosas en las que divagaba pensé: “uhmmm, todo lo que ahora estoy pensando bien podría meterlo en el blog…” así que decidí (momentáneamente) escribirlo al día siguiente, lo cual no sucedió, pero igual nunca es tarde.

Esta es la primera idea de post, de muchas otras, que pensé en ese lapso de insomnio.

He descubierto una afición de esas a las que no se les encuentra mucho sentido, es más, a las que no se les debe buscar el sentido. Digo “descubierto” porque ya estaba en mí, solo que hasta esa noche me percate. Me gusta hacer lista de cualquier cosa, en el momento creo que es necesario para ordenar mis ideas o incluso para visualizar el futuro (pfff!). Así que sin más preámbulo, esta es mi lista de las lista que he hecho (je!) en un orden de ridiculez, empezando por las menos ridículas hasta las que si me dan bastante vergüenza:

  1. - De los proyectos que me gustaría realizar.
  2. - De las cosas que tengo que comprar.
  3. - De las películas que me gustan y que también debo comprar.
  4. - De mis propósitos de año nuevo (2009).
  5. - De lo que voy a hacer en un día (limpiar mi cuarto, bañarme, desayunar… ja ja! Así de grave está esto).
  6. - De las cosas en que he gastado.
  7. - De las personas que me deben.
  8. - De las personas a las que debo.
  9. - De los colores de playeras que tengo y su combinación con tenis (chale…)
  10. - De los programas que tengo instalados en mi mac (geek’s obsession :B)
  11. - De las mujeres con las que he me gustaría tener algo. Y de aquí se derivan muchas otras: las que me han bateado, las que se ve que ni en drogas o con retrazo mental aceptarían, las que de pronto ya no son opción, las que ya cayeron (está es la más corta, ja ja!), las que en la peda si me animo, las que de plano ni aunque me paguen millones (ay, ajá!)…
  12. - De los países a los que alguna vez me gustaría visitar.
  13. - De las personas a las que me gustaría matar. (si… muajajajajajaja!)
  14. - De las cosas en que puedo hablar en mi aburrido y nada fructífero blog.
  15. - De quienes podrían darme oportunidad de vivir en sus casas si me corrieran de la mía.
  16. - De la cantidad de chupe que tomé un día anterior (eso es pa’ recordar por que me siento tan mal)
  17. - De las cosas que tengo que hacer para ser una mejor persona en un sentido holístico… 8/… (la encontré la otra vez, no tenía ese nombre, pero ni yo sé bien para que era).
  18. - De los regalos navideños de 2007 (si eso, nunca lo volvía a hacer… ahora soy un grinch).
  19. - De las guitarras que iría poco a poco comprándome (que iluso).
  20. - De los puntos que tengo que hacer en cada proyecto de trabajo y antes escolares (Que quede claro que no soy ñoño, dolo me gudta edtar pdrepadado pada mid actividaded labodaled y mid compdromidod edcoladed).
  21. - De mis bandas o artistas favoritos (esa luego la postearé.)

Y bueno esas son todas las que por ahora recuerdo (y las que apunté en mi lista titulada “Lista de listas que recuerdo haber hecho a lo largo de mi vida para el próximo post de mi aburrido blog”). Lo del orden, pues se los debo, porque me da hueva pensar que es más penoso y que menos (sí, todo es penoso).




domingo, 30 de noviembre de 2008

¿Por qué Chingaos los Pendejos amamos a las Cabronas? Pus por pendejos, no?



Chale... soy un costal de güeva...


Me harta no tener voluntad para hacer las cosas. Eso de estar motivado, pero sin voluntad es lo peor.

En momentos como este sólo pienso y pienso y pienso y pienso... todo queda en ideas y pensamientos y recuerdos. Añoro mucho el pasado, tanto que quisiera repetir muchas cosas en mi vida. Añoro mi infancia o la despreocupada pubertad, el estar echado en un sillón viendo la tele siendo la lacra más grande del mundo y disfrutarlo al máximo o disfrutar gozosamente dibujando y coloreando mis impresionantes obras artísticas infantiles; añoro que mi mamá hiciera casi todo por mí... ja ja!, soy un saco de güeva (no de hueva, sino de GÜEVA, suena más intenso).

Ayer que iba caminando por la calle, con la ligera preocupación de encontrarme con alguien indeseable (casi siempre que voy por la calle me pasa eso, como que me siento vulnerable a todo, a las miradas, a tropezarme, a caminar de forma chistosa sin que me de cuenta, a que me atropellen, a que de la nada me caiga un avión encima, a hacer inexplicablemente el ridículo de alguna u otra forma, a que me asalten, a que me hagan una de esas bromas estúpidas que pasan por la tele, a que un indigente de esos muy locos trate de asesinarme... bueno y a encontrarme a gente indeseable. Sí, sufro de ridícula paranoia.). Llegué al café al que hace mucho no iba, en realidad no tenía planeado ir, de hecho caminaba sin una dirección precisa, y no me daba cuenta de hacia donde iba por pensar en toda esa lista de cosas estúpidas que me dan miedo que me pasen cuando camino.

Estando ahí, me dije ¿por qué no? me senté y pedí un té de menta. Saqué mis cigarros y prendí uno, cuando de pronto, al levantar la cabeza vi que en una de las mesas cercanas a la mía, estaba una de las mujeres más bellas que haya visto (bueno, exagero mucho, más bien no era muy bella, pero si bonita, o al menos a mí me gustan mucho ese tipo de mujeres que no son tan estereotipo, pero que tienen una esencia muy diferente, como llamativa, como misteriosa, que desde lejos sabes que tiene un carácter fuerte y decidido, con los ojos más bonitos que haya visto antes [esto también es una exageración]) estaba leyendo un libro que por título tenía "Por qué los hombres aman a las cabronas". No he leído ese libro, pero me he dado cuenta que muchas mujeres lo leen, no sé por qué pero se me hace una jalada; aunque se me hizo un poco curioso que ella se me hacía de esas viejas cabronas y que sí, cierto, son de las que, al menos a mí, me gustan mucho. En su cara de vez en cuando se dibujaba una ligera sonrisa, cosa que me atraía más a ella. De pronto se dio cuenta que la miraba y yo inmerso en la estupidez hormonal me quedé como idiota viéndola hasta que caí en cuenta de que ella ya se había percatado de mi observación. Como casi siempre pasa, porque soy bastante cobarde, dejé de verla y agache la mirada nerviosamente para revolver el azúcar en el té (azúcar ya inexistente), para después levantar la cabeza de nuevo, ver hacía otro lado hacerme pendejo y volver a verla; haciendo la misma serie de pasos en repetidas ocasiones. Pero cuando me disponía a rematar con el último paso (el de contemplar como imbécil su cara) todo el proceso se rompió, porque ella me estaba viendo y en ese momento parece que mi mal de cobardía no era exclusivamente mío. Bajó la mirada (eso sí, lo hizo con mucho estilo y sin dar a notar nerviosismo) y fingió continuar con su dedicada lectura (espero si haya fingido) pero no sin antes echar un último vistazo (esa palabra siempre me ha sonado como a "bistéc") para confirmar que la seguía viendo. Ese tipo de cosas la verdad no me pasan muy seguido, o al menos no con las mujeres que me gustan. De pronto mi primer chispazo de valor salió a flote y continué viéndola y no me importaría que se diera cuenta, de hecho quería que se diera cuenta. Continuamos con las miraditas, hasta que me agarré los huevos y decidí ir hacía su mesa para saber si podíamos charlar un poco (charlar?, vistazo?, después qué? soda? rocetas de maíz?...), bajó el libro casi cerrándolo y volteó a ver como me acercaba... Damn!!! me había agarrado los huevos, pero de pronto desaparecieron de mi mano... que putas le iba a decir?! uhmm... eso no lo había pensado.

Imbécil: -"mmm... hola!" -sonríe como imbécil para reforzar más su papel.
Belleza: - "Hola?" - como levantando su ceja inquisitivamente para que el imbécil, se dé cuenta de que definitivamente es un imbécil.
Imbécil: -"Eh... oye pues estaba viendo que estás sola y pues yo también..."- mmta! no'mbre que bárbaro! que güey más inteligente, caray! -"... y pues quería ver si quieres platicar un rato."
Belleza: extrañamente nerviosa emite algo que pareció ser una risita tímida -"pues, es que estaba leyendo, pero pus sí, si quieres."
Imbécil con suerte: -"ah, bueno, este... pues voy por mi té, je!... (seguro ahorita que me dé la vuelta se va a ir)".


El imbécil con suerte toma su té, sus cigarros se prepara a regresar con la belleza que al parecer está haciendo su servicio comunitario de buena fe. Llega a la mesa y se sienta frente a ella, sin decir nada (como buen imbécil) y sonriéndole como si con eso ella quedará cautivada.

Imbécil con suerte: -"eh... y vives por aquí?"
Belleza: -"mmm, pues no, no vivo tan cerca de aquí, pero me gusta este lugar."
Imbécil con suerte: -"ah, pus 'ta bien..." wow que habilidad comunicativa!. -"... y cómo te llamas?" ah claro, el nombre, tan importante como para dejarlo como segunda pregunta.
Belleza: -"Paulina ¿y tú?"
Imbécil con suerte: -"Carlos."
Belleza: -"Carlos, uy poco común!, no?" hey! yo soy el que hace ese comentario "chistoso".
Imbécil con suerte: -"ja! see... pero bueno, también me llamo Alfredo, pa' esos casos."
Belleza: -"Carlos Alfredo? mmm..."
Imbécil con suerte: -"¿qué?"
Belleza: -"No, nada, es que así ya no es tan común."
Imbécil con suerte: -"Sí... ¿y qué tal el librito? ¿sí será cierto?
Belleza: -"¿Qué?"
Imbécil con suerte: -"El título."
Belleza: Sonríe de forma coqueta (o eso es lo que el imbécil con suerte cree) -"je je!, pues no sé, tú dime." Fuck! esto está pintando mejor!
Don Juan: -"mmm... pues depende..."
Belleza: -"¿de qué?"
Don Juan: -"Si tú eres cabrona, conmigo si puede aplicar ;)." Ahora que lo pienso, lo que dije fue una reverenda mamada.
Belleza: "-ja ja! (risa nerviosa y rubor en las mejillas) ay cálmate!"
Don Juan: (sonríe de la misma forma que cuando era un imbécil, pero ahora su sonrisa es un aporte indispensable en el acto) -"sí, la verdad exagero, pero me salió del alma" Chale, juro que en el momento sonaba bien.
Belleza: -"Oye te me haces conocido, pero no sé de donde..."
Don Juan (con diálogos de imbécil): "¿Ah sí? me debes estar confundiendo con alguien famoso, siempre me pasa..." ¿con Jo Jo Jorge Falcón?
Belleza: -"Sí, claro, debe ser eso! ja ja!. No ya en serio, estoy segura que te conozco hasta tu nombre me es conocido. ¿Yo no te parezco conocida?"
Don Juan: (si, seguramente te he soñado toda mi vida) -"mmm... no, la verdad no."
Belleza: -"A ver, ¿a que te dedicas?"
Don Juan: -"Estudio publicidad en una universidad llamada CECC, trabajo en una agencia llamada Súbale y en mi tiempo libre hago cosas totalmente
improductivas."
Belleza: -" ja ja!, y en la prepa, ¿en donde estudiaste?".
Don Juan: -"ah, pues en el Simón Bolívar, estudié ahí desde la secundaria."
Belleza: - "¡¿en serio?!, ¡yo también! en el que está cerca de Plaza Universidad, ¿no?".
Don Juan: -"Sí, exacto. Pero no ibamos juntos o ¿si?
Belleza: -"¡ihhhh! ¡ya me acordé de ti!" Repentinamente su cara cambió y no parecía tener un buen recuerdo de mí. Mierda! que carajos le habré hecho, yo no me acordaba de ella.
Don Juan con miedo a volverse un imbécil otra vez: -"ehh... ¿me puedes ayudar a acordarme?"
Belleza: -"Tú eres Murillo, yo soy Paulina C. (guardaré su identidad) íbamos en la secundaria, y tú me molestabas mucho, aún así me gustabas y un día anduviste conmigo y al día siguiente me cortaste y comenzaste a andar con mi mejor amiga. Mierda, mierda, mierda, mierda!!!! Ya me acordé! Fuck!, pero como bajó de peso y que bien se puso la Pau... y que pendejo sigo siendo.
El mismo Imbécil del principio: -"ejem!... ¿yo hice eso? (qué buena respuesta, idiota!) chale! la neta ni me acuerdo, pero en verdad, discúlpame, hice muchas cosas de las que ni me acuerdo y un millón más de las que me arrepiento, bueno un millón uno con esta."
Belleza: -"Sí, claro. Sabes qué, ya me tengo que ir. Un "gustazo" verte, eh!". Tomó su libro, su bolsa, dejó su café sin terminar y se fue.


Lo único que pasaba por mi mente era una mezcla de sentimientos.

Pensaba en lo bien que se había puesto la Pau; en como la gente puede cambiar tanto; en por qué hice tantas pendejadas de morro; en cómo he cambiado tanto; en muchas de las personas a las que he lastimado; en seguirla y tratar de arreglar las cosas y pues ya en eso hasta ver si ahora si andábamos pero en serio (je je!); en qué fácil puede ser hablar con una vieja que me guste; en qué difícil situación me tocó superar mi cobardía; en qué seguro se fue y ni siquiera pagó su café; en lo bien que se había puesto la Pau; en qué debo de leer ese pinche libro; en qué mi paranoia al salir a caminar no es tan irreal; en lo bien que se había puesto la Pau.


NOTA: Sí, lo del inicio no tiene nada que ver con todo lo demás... o sí?